Es sabido por todos que, grandes
multinacionales, tales como: Pepsi, Ikea, Burberry, Amazon o McGraw-Hill operan
en España a través de sociedades holding en
Luxemburgo para evitar pagar impuestos en nuestro país, así, acogiéndose a un régimen
fiscal mucho más favorable. El “Gran Ducado” goza de unas ventajas que lo hacen
mucho más atractivo que los paraísos fiscales que se pueden encontrar cerca, ya
que este no se considera uno como tal: un sistema que permite reducir la tributación
prácticamente a cero; la posibilidad de alcanzar un acuerdo a la carta con las
autoridad fiscales que garantiza que esa fiscalidad se va a mantener durante
años; y la confidencialidad de todos estos pactos.
Estas empresas utilizan la ingeniería
fiscal para diseñar complejos sistemas en los que gracias a estos esquemas
financieros, se consigue reducir o suprimir totalmente los gastos sujetos al
pago de impuestos. El sistema utilizado por la mayoría de las empresas es el siguiente:
consiste en crear una sociedad luxemburguesa de la que cuelgan las filiales en
distintos países. Estas filiales desvían el beneficio al Gran Ducado, pagando
dividendo desde España, que está exento de retención y no paga en Luxemburgo
(al ser un pago transfronterizo, aunque la teoría no diga esto). Esto se hace
porque la matriz normalmente se encuentra en EEUU o Reino Unido, y de esa forma
se evita sufrir la elevada tributación sobre los dividendos que imponen estos países.
Esta práctica se denomina “triangulación”.
¿Es esto juego sucio?
Es cierto que cada país puede
elegir libremente la estructura, coste y servicios de su estado de bienestar, y
por lo tanto, de sus niveles de recaudación fiscal. Pero también es cierto que
los estados que aplican este tipo de políticas
tributarias lo hacen con la intención de atraer divisas extranjeras para
fortalecer su economía, lo que hace que parte del dinero que corresponde a otro
país sea invertido en otro. Esto se debe a que en países europeos, los tributos
que paga una persona física o empresa pueden suponer casi un 50% de sus
ingresos.
¿Qué sucede en la economía española
debido a esta pérdida de ingresos?
Esta evasión fiscal o fraude,
atenta directamente contra los ciudadanos españoles y supone una gran fuga de
capitales para España, ya que se escapa con ello una parte importante de su
recaudación. Por lo que el PIB no es real, ya que gran parte de los ingresos
que se obtendrían debido a los impuestos producidos por los bienes y servicios
ofertados por estas multinacionales, debido a su alto nivel de ventas, es
ingresado por un gobierno extranjero, mientras que la adquisición se ha
producido mediante el salario de los españoles. El impacto de la existencia de estos
paraísos fiscales es un elemento que presiona a los regímenes fiscales de los países
desarrollados y que los lleva a competir en condiciones de desigualdad,
reduciendo sus cargas impositivas para evitar, en cierta medida, la huida del
dinero de su país.
Las consecuencias de estos actos,
desde mi punto de vista, poco éticos y morales, son múltiples. Desde el
incremento de la inestabilidad financiera y las crisis financieras, hasta los
ya conocidos casos de corrupción y blanqueo de dinero procedente de actividades
ilícitas, pasando por la agudización de la desigualdad y la pobreza. Se ha
llegado a tal punto en el que ni siquiera se tiene discreción, no tenemos más
que estudiar el caso de Gibraltar, donde actualmente residen 30.000 habitantes
y están registradas 50.000 empresas. Situación sobre la cual los gobiernos
deberían tomar medidas, ya que, de no ser así, llegará un punto en el que las
pequeñas y medianas empresas no puedan competir estas multinacionales que juegan
con ventaja, así como los salarios y pensiones de los españoles harán
referencia a los gastos producidos en el mismo. Países como Luxemburgo, que
tienen mayor potencial económico, se verán económicamente beneficiados mientras
que otros como España sufrirán las consecuencias de estos hábitos.
Llegados a este punto, surge de
nuevo la gran duda: ¿Qué se debe hacer con los paraísos fiscales? ¿Qué medidas
hay que tomar?